El fundador y CEO de OpenAI, Sam Altman, sorprendió al mundo tecnológico al afirmar que una parte de su empresa podría estar dirigida en un 85% por inteligencia artificial en menos de una década.
Durante una conversación en el pódcast Conversations with Tyler, Altman aseguró que no teme ser sustituido por la tecnología que ayudó a crear. De hecho, dice estar trabajando activamente para acelerar ese proceso.
“Sería una vergüenza para mí si OpenAI no fuera la primera gran empresa dirigida por un CEO de inteligencia artificial”, dijo Altman.
El empresario explicó que esta idea comenzó como un “experimento mental” dentro de la compañía, pero que hoy guía parte del diseño organizacional de OpenAI. La visión: construir una IA capaz de tomar decisiones corporativas más rápidas, eficientes y racionales que las de cualquier humano.
El futuro del liderazgo corporativo
Altman imagina un futuro en el que los directivos humanos sean reemplazados, al menos parcialmente, por sistemas de IA entrenados para optimizar operaciones, evaluar riesgos y gestionar recursos con precisión quirúrgica.
En su opinión, no se trata de ciencia ficción, sino de una evolución inevitable del modelo empresarial.
“Lo que me interesa no es resistirme al cambio, sino entender cómo acelerarlo”, afirmó.
El CEO de OpenAI no detalló qué área de la empresa sería la primera en pasar bajo control de la IA, aunque mencionó que finanzas y planificación estratégica serían los campos iniciales para probar esta gestión híbrida.
Una revolución que genera dudas
La propuesta de Altman, aunque visionaria, despierta inquietudes dentro y fuera de Silicon Valley. ¿Puede una empresa seguir siendo humana si su liderazgo no lo es? ¿Qué papel jugarán los empleados, los inversores y los reguladores cuando una IA tome decisiones ejecutivas?
Lo cierto es que OpenAI se perfila como el primer laboratorio del mundo donde una inteligencia artificial podría asumir el mando real.
Si el experimento resulta exitoso, podría redefinir para siempre el concepto de liderazgo empresarial.
